El día 14 de Diciembre del 98, de madrugada (ver Capítulo 1) en el Estrella Gibralfaro procedente de Barcelona, con destino Granada, coincidían unos doce SEFOCUMA's, como reza el título, de la zona de Levante. Vinieron dispuestos a no volver a su casa en mucho tiempo, ya que en principio, no sabían si gozarían de permiso de Navidades.
Pues al final, el 23 de Diciembre, nos soltaron a todos a la hora de comer. Hasta las 21:30 h. no salía nuestro "magnífico" Estrella Gibralfaro, así que tras usar la consigna de la Estación FF.CC. de Granada, nos dedicamos a tapear por losa alrededores de la misma (aquí decir, que tras comprarme el primer Playboy de mi vida, a las 15:30 h. y sufrir las críticas de mis compañeros "ala, por qué te compras eso", no volví a ver la revista hasta las 21:30 h.). Tres de nosotros compramos los billetes juntos, literas, con tal de que el viaje fuese en compañía de alguien conocido. Los compartimentos del Gilbralfaro tienen seis literas. De ellas, como he dicho, tres eran nuestras, de los Soldados Alumnos Miguel A. Borgoñoz, Toni Jiménez y Pascual Muñoz, otra de Juanjo "The Lonely Ranger" (mote que se ganó por ir toda la mili "a su puta bola"), otra libre, y la última de ellas (redoble de tambor, luces apagadas, en el escenario Demi Moore, con la estatuílla y un foco alumbrando sus exhuberantes bellezas, tensión en el ambiente, "an the güiner is ... ") el abuelete.
Un hombre mayor, de la Españan profunda, que iba a pasar las Navidades a casa de su hija, en Castellón (aquí ya se empieza a "oler" el surrealismo de toda la historia). Como buenos militares, le ayudamos a subir las maletas, aunque si lo hubiésemos sabido de antemano, lo hubiéramos encerrado en el baño toda la noche .. en fin, que a estas alturas, como sé que sois unos morbosillos, la mosca ya se os hametido dentro de la oreja. Vale, Alice, ¿quién c*** es Alice?
Laura, de 18 años, estudiante de ADE en Granada, iba a ver a su tío a Tarragona. La conocimos al subir al tren, a ella, a su madre y a su amiga (quedaos con lo de "amiga"), que no nos acompañaron en tan entrañable viaje (¿entrañable? ¿entrañas? eh ... bueno ... al tema). Su mamá, al vernos con poco pelo, y algunos con la baba ya por el ombligo, se mosqueó un pelín, más cuando alguno de nosotros, haciendo gala de lo bueno que hay que ser por ser militar (miento, lo bueno lo trae uno de casa, modestia aparte), se ofreció a ayudarla "en todo lo que ella quisiera".
Y entre pitos y Laura, digo ... err ... flautas, empezó el viejecito, digo ... el viajecito. Nos tumbamos en la litera dispuestos a aprovechar las horas de viaje (8 h. 30 min. nada menos) como buenos universitarios y a culturizarnos con prensa de los más selecta (la fotografía - no está de momento en web - sacada a traición por el Soldado Alumno Toni Jiménez, "el Taconero Prusiano", es un documento fotográfico que demuestra el hecho comentado - que salgo yo "leyendo" el Plinboy -). Al cabo de un par de horas, después de "leerme" toda la revista [...], decidí apagar la luz de mi litera, la superior (es un dato importante, ya lo veréis) de las tres de la izquierda del compartimento, en la central Borgoñóz "Muscleman" y abajo el abuelete, alias ... luego os lo cuento, paciencia. A eso de las 03:00 h., se escuchó un gemido quejumbroso desde la litera inferior (lease con voz de 70 años, de haber fumado más caliqueños que cayos tiene la mano del Soldado Alumno que aferra su arma, y bebido más carajillos que el 75 % de los miemos de la A.A.C. - Asociación de Amantes del Carajillo [...]), estábamos en lo que "disió l'abuelo": "¡Aaagh! ¡Qué jartera!". Acto seguido desapareció por la puerta del compartimento, sin más.
¿Veis la cara de Miguel en la foto? (evidentemente no; está con una sonrisa de oreja a oreja). Esa no era la que se le puso en ese instante. En breves milésimas de segundo se le nubló la vista, los ojos le empezaron a llorar y el O2 le faltaba. Yo, en la litera de arriba, sufría el mismo impacto fisiológico dos segundos después (de ahí el resaltar anteriormente la posición de mi litera relativa al abuelo). Nunca hemos desvelado la incógnita. Algunos son de la opinión que el abuelete es campeón de cuescos de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Otros pensamos que pertenece a la DIARBIO, dependiente del MACOM (Mando Aéreo de Combate), es decir, DIvisión de ARmas BIOlógicas, no ocupando ningún cargo específico, sino siendo un arma en sí, su entera persona, todo su ser. Aquella noche sufrimos esa y otra generala (toque de alarma en el que hay que salir a fomar a toda leche) en el compartimento. Os juro que en medio minuta estaba vestido y en el pasillo observando como el abuelete, alias, ahora sí, "The Menace Bio-Weapon", o en "apañó", "abuelete pedorro o jartera", fumaba un Celta corto como si nada hubiese pasado.
En cuanto a Laura (a ver, los Internet-sexadictos, tranquilitos que esto es ligth), que desgraciadamente no me he olvidado de ella, forma parte de esta historia únicamente porque esta allí, porque por ella no merece la pena. Su amiga, o ex-novia, como ella la definió, ahora salía con un chico. Ella no tenía novio, no le gustó una vez que probó el "ménage a trois" y cuando Toni "Taconeer" se ofreció a bajarle las maletas en Tarragon, dio las gracias diciendo (omito las palabras textuales, que de acordarme aún hieren) que ello no le iba a reportar ningún favor de aquella índole.
Una historia con dos caras, el cachondeo con el abuelo "Menace" y el mal rollo de Laurita, que acabó con todos en casa para pasar unas geniales Navidades.
Y en el próximo capítulo: "Los Reyes nos dejan un saco de <
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