jueves, 4 de diciembre de 2008

Capítulo 4: "Los Reyes nos dejan un saco de <>"

Las sanciones, más conocidas como "tubos", no habían tenido lugar antes de Navidad, pues estábamos en periodo de adaptación. Ahora bien, a la vuelta de Navidades, se abrió la veda ...

Pasaron las Navidades más cortas de mi vida. En realidad, poco recuerdo de ellas, ya que no soy precisamente de los que las viven intensamente, suelo deprimirme, en vez de alegrarme, porque, paseando por la calle Colón se ve el contraste, la muchedumbre entrando y saliendo en el Corte Inglés, gastando porque "es Navidad", y los mendigos sentados en la acera, jodidos, porque "da igual la época que sea". En fin, Pilarín, que me despisto ...

Volvimos a Granada, esta vez en un Inter City diurno, ya comentando lo que nos esperaba. Así que aterrizamos (de nuevo) en la entrañable tierra, dispuestos, más o menos a sufrir en nuestras carnes aquel tan anunciado calvario por nuestros mandos, como el Tte. San Bartolomé, que afirmaba antes de Navidad: "tienen ustedes suerte de que el Capitán es bueno, y hasta Año Nuevo no quiere que sancionemos a nadie, que si no ..." o su famoso: "¡Señores! ¡No saben dónde se han metido!". Llegamos el día 6 de Enero, miércoles.

Hasta el viernes, todo fue igualmente tranquilo, pues nos explicaron motivos por los que uno podía recibir un tubo, así como que básicamente, implicaba un cierto número de días sin salir del Hotel Armilla (la Base, como "cariñosamente" la denominábamos). Ahí va una lista de ellos:

Motivo Explicación
Llegar tarde a formación Las formaciones precedían cualquier actividad: clase, instrucción (enseñarnos a desfilar como militares), gimnasia (correr como un capullo con Sierra Nevada al fondo, y bien nevada), comer, e irse a dormir. Sí, no hay más. Cada uno hacía su formación unipersonal para sus necesidad corporales. ¡Faltaría más!
Hablar, moverse, tocarse, colocarse algo en el sitio, en formación Una vez formado, no puedes hacer nada. Eres como un palo'scoba, "too" tieso allí, haga sol (te quedas seco como la mojama), frío (las manos, ... ¿tengo manos?), llueva, etc. Si quieres decir algo, se pide permiso. Que te pica el sobaco y te quieres rascar, pides permiso. Que llevas el gorro mal puesto, pides permiso para ponértelo bien (aunque te llevas un tubo de 2 días de regalo por llevarlo mal puesto), que se te caen las gafas por el sudor (los cuatro ojos con solera tenemos tendencia a colocárnoslas por instinto), pues pide permiso, que te caen los mocos (algo bastante común en Armilla), lo mismo.
Falta de uniformidad Botas sucias, botones desabrochados, camiseta interior que asoma por el cuello (que llevas el pañuelo del cuello mal puesto) etc. también son motivo de 2 días, pensión completa, en el Hotel Armilla.



Mientras no tienes ningún tubo, eres "virgen" (algunos lo son hasta con un saco tubos). Si estás virgen, los instructores se fijan en ti hacia el final de los tres meses. La idea es que nadie se escape sin haber pasado unos días "obligatorios" en el Hotel Armilla.

No recuerdo quién se llevó el primero, aunque si recuerdo mi primero. La verdad, llegó bastante tarde, cuando ya era uno de los 10 o 15 vírgenes (de 147) que quedaban. Había estado portándome bien, porque me iba algunos fines de semana a Valencia (6 en 3 meses, vi más a mi novia en exámenes ese año que los que estaba en Valencia) y no quería que me cayera un tubo en fin de semana. Un lunes, después de volver de Valencia, me dije a mí mismo que ya estaba bien. La semana anterior habían caído casi todos los de mi sección en una hora de instrucción gloriosa (tengo que decir que yo no me equivoqué en nada, gracias a Dios), yo no me escaqueé, el caso que lo hice bien de verdad. Lo dicho, ese lunes, viendo que me iba a quedar dos semanas en Granada, me lie en una guerra de almohadas (que merecerá un capítulo aparte más adelante) cuando, ingenuo de mí y de los compañeros que estaban conmigo en el pasillo repartiendo leches a diestra y siniestra, el oficial aún no se había ido a dormir a su Pabellón de Oficiales (una cosa como donde vivo yo ahora). Escuchamos por los altavoces: "Atención Escuadrilla, 10 minutos para formar, con correaje (donde se llevan las cartucheras) y CETME". El Alférez se había mosqueado. Nos echó un chorreo (amonestación verbal) y nos mandó ponernos el arma sobrel el hombro derecho. En esta posición, no puedes moverte más que para andar. Mandó derecha, con toda mala intención. Muchos se giraron, y recibieron su correspondiente tubo, a las 22:40 h. de la noche, por falta de instrucción, y los de las almohadas, por ello mismo. Caímos casi todos.

Ese fue mi primer tubo, me fui feliz a la cama, aunque parezca increíble, porque ya no era diferente de los demás, era uno más (en sitios como este es importante estar integrado, sin perder uno su personalidad, claro).

El segundo no recuerdo muy bien por qué me lo metieron, el caso es que fueron dos días más. El tercero fue por lo siguiente. Teníamos que llevar el pelo cortado un jueves. Llega la formación de fajina (de la comida) que es donde los mandos "se pasean" entre las líneas de la formación mirando a ver a quién le toca un tubito (botas sucias, pelo mal, ... ). Increíblemente nadie dice nada de los pelos. Pasamos a comer, y terminamos. Cuando se comía, había que esperar a que mandaran en pie, para salir. El caso es que el Capitán había llegado un poco más tarde, así que aún no había terminado. Algunos graciosillos empezaron a hacer ruido con las cucharas golpeando los vasos, los oficiales se mosquearon y a formar todo el mundo, revista de pelo. Descubrieron a un compa mío con un trasquilón impresionante (un blanco en el cogote alucinante), así que preguntaron quién había cortado el pelo a un compañero y quiénes se habían dejado cortar el pelo por un compa. Yo caí por ambas cosas (me compré por Reyes una maquinita cojonuda).

El cuarto y último tubo fue por llevar reloj en los ensayos de la Entrega de Despachos (el último acto, cuando ya salimos de Alféreces). El Capitán nos entubó a unos ochenta, y acto seguido nos dio permiso para poder llevar reloj (decir en favor de él que fue su único tubo).

En definitiva, y por si algún futuro "armillero" (pocos habrá ya) lee esto, si metes la pata y te pillan, no te escondas, más vale que vean que das la cara. Total, un tubo son dos días, ... mínimo.
Y en el próximo capítulo: "Conferencias del E.A., la mejor forma de conciliar el sueño"

No hay comentarios: